Escondido en Gran Canaria yace un pequeño pueblo encogido en una pequeña colina llamado Tufia. Se trata de un lugar muy pequeño, de colinas pronunciadas y totalmente ligado al mar (su vida depende de en buena medida de ella).
En la bocana de la bahía que forma, se encuentran pequeñas piscifactorías que dan lugar a un intercambio de vida alucinante, como si transportado a algún otro rincón del planeta con más renombre y más paradisíaco.
La cantidad de vida, como ya he mencionado antes, es absolutamente alucinante, y en mi visita, pude ver, desde bicudas (en Canarias llamamos así a las barracudas), muchos bancos de roncadores, sepias, sardinas, fulas, etc …
La entrada a la inmersión podría haber sido tildada como fácil y sencilla si no fuera por el desnivel y la colina que hay que subir y bajar con el equipo para cada inmersión. Aún así, merece la pena completamente, si algún día podéis hacerla no lo dudéis.
A continuación os dejo el vídeo: